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VISITA AREATZA
VISITA AUDIOGUIADA 7 - DELANTE DE LA IGLESIA: SIGLO XIX 

Delante de la iglesia: siglo XIX
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El siglo XIX trajo consigo una transformación política y social. La pugna entre carlistas y liberales se resolvió con la victoria del liberalismo, lo que causó la desaparición de las aduanas internas que, en el caso de Bizkaia, se desplazaron a los puertos. En ese momento Areatza (Villaro) perdió la razón de ser de su fundación. Por otra parte, el puerto de Bilbao se impuso a todos los demás gracias a su desarrollo y la canalización de la ría, y las diputaciones forales de Bizkaia y Araba diseñaron y construyeron la nueva carretera que uniría Gasteiz y Bilbao. 

La nueva carretera no entraba en la villa de Areatza sino que la rodeaba y se dirigía directamente a Bilbao.  Se construyó un nuevo puente sobre el río Upo. La nueva carretera evitaba la villa y la marginaba, por lo que las autoridades municipales decidieron acometer las obras del tercer ensanche. El objetivo era que la villa se acercara a la nueva carretera y ocupara los terrenos limítrofes. Así, el ensanche por encima de Goikokale es el resultado del reto de ocupar los terrenos cercanos a la nueva carretera. La calle del Cristo, el Prado, la calle San Bartolome y ambos márgenes de la carretera, que hoy día conforman la calle Askatasuna.  

Por otra parte, se dieron varios cambios sociales que tuvieron consecuencia directa en la idiosincrasia de la villa:

- Los artesanos de la villa se vieron en la necesidad de competir con la producción de las fábricas industriales, y los talleres manuales empezaron a cerrar.

- Asimismo, el desarrollo del tren y el tranvía conectaron de manera rápida Bilbao con el valle de Arratia. 

- Por aquel entonces se extendió el higienismo, y la aristocracia y la burguesía pusieron de moda el termalismo y los balnearios.

Areatza supo adaptarse a estas nuevas condiciones y se convirtió en villa de servicios. Alrededor de la carretera surgieron posadas, un mercado, tiendas, un balneario, y en las landas de Arraba abrieron un sanatorio. En gran medida la villa dio la espalda al casco viejo y puso su atención en la carretera (la plaza del mercado se trasladó al Prado). 

Este ensanche se desarrolló en estilo neoclásico. Las nuevas casas de los márgenes de la nueva carretera se construyeron en ese estilo (líneas arquitectónicas del clasicismo, simetría, formas geométricas), y dentro de este siguieron los ejes del neoclásico vasco: espíritu romántico de los caseríos antiguos, columnas, utilización de la madera y de motivos de la cultura vasca en los elementos decorativos (hojas de roble, bellotas…).

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